El pasado 6 de octubre, el Hospital de La Paz acogió una jornada de divulgación sobre microbiota a la que acudieron más de 200 asistentes. El título de la jornada fue "La Microbiota como eje de un buen estado de salud". Nuestra colaboradora, Sari Arponen, médico internista del Hospital de Torrejón, fue una de las ponentes, y aquí nos lo cuenta en conversación telefónica.

¿Cómo fue la experiencia, Sari? Fue una experiencia emocionante. Hablar con la Dra Gómez Senent (responsable de la Unidad de Transtornos Funcionales Digestivos del hospital de La Paz) sobre microbiota, salud intestinal y alimentación para público general en un hospital público fue una oportunidad magnífica para aprovechar muchos de los conocimientos que he aprendido con la PNI.

¿En qué consistió tu participación? Yo hablé sobre todo de alimentación. El enfoque de inicio fue una introducción evolutiva, que quizá no sea algo del todo habitual. Por supuesto que para tener una microbiota sana no es importante sólo lo que se come, sino también lo que sería mejor no comer o el ritmo con el que se come. Las recomendaciones que comenté fueron muy genéricas, más dirigidas a población general que a personas con patología -en las que habría que individualizar las recomendaciones-, aunque pueden ser aplicables a cualquier ser humano. Espero que fueran de utilidad o que al menos hicieran que la gente se cuestionara los hábitos alimentarios supuestamente "normales" de nuestra sociedad. 

¿Y qué me dices del impacto de la jornada en general? Silvia y yo, por nuestras diferentes responsabilidades en el entorno hospitalario, y por las disciplinas en las que estamos especializadas, creo que conseguimos dar una imagen general sobre el tema de la microbiota y la permeabilidad intestinal. A los asistentes parece que les gustó la jornada. La sociedad tiene que empezar a ser consciente de la importancia de la microbiota en nuestra salud, y de las posibilidades que tenemos a nuestro alcance para revertir problemas de salud digestiva que parecían irreversibles. La alimentación prebiótica y antiinflamatoria, el mindfulness, el ejercicio, y el salir a la naturaleza a movernos son intervenciones beneficiosas para nosotros y para nuestra microbiota, y esto es lo que intentamos transmitir en nuestras charlas.

¿Por dónde estás orientando tu experiencia con la PNI clínica? Una de las motivaciones principales es seguir aprendiendo con mucha humildad. La divulgación a otros compañeros y al público general me gusta muchísimo. Por ejemplo, tuve la enorme suerte de ser invitada a organizar un seminario de Medicina Evolucionista en el Hospital de La Princesa (Aplicaciones Clínicas de la Medicina Evolucionista, donde acudí junto a 2 profesionales especialistas en PNI, el Director Clínico del IEP, Daniel de la Serna, y Alvaro Otero, terapeuta y profesor en la Universidad Camilo José Cela).

La Medicina Evolucionista es fundamental para entender la fisiopatología de las enfermedades, lo compleja que es la causalidad y las interrelaciones entre genética y ambiente. Nos enseña también cómo el tratamiento de los procesos patológicos debería asimismo huir del reduccionismo lineal y mecanicista al que se tiende a menudo en la medicina actual.

Además he empezado a ver a algún paciente de forma puntual en el IEP, y por supuesto que la labor clínica es importante. Sin embargo, en las charlas divulgativas o docentes se puede llegar a mucha más gente, y ya sabemos que uno de los lemas de la PNI es que "el cambio más pequeño hace la diferencia más grande". Si gracias a una charla hay personas que deciden hacer un pequeño gran cambio en su vida o su desarrollo profesional sanitario, el impacto final puede ser mucho mayor que el que consiga dedicando muchas horas a la consulta. 

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Os dejamos con Sari Arponen.