¿Cuántas veces debemos comer al día? Una reflexión desde la PNI

Por Pablo Martínez Arroyo fue jugador ACB y Euroliga, es socio del IEP

¿A qué hora debemos irnos a descansar? ¿Cuántos minutos exactos de ejercicio hay que hacer a lo largo de la semana? Y por supuesto, atendiendo a la más rabiosa actualidad (como solían decir los comunicadores de postín en el siglo XX); ¿Es el aceite de coco "veneno puro", como dice una profesora de Harvard, o es un 'súperalimento', como nos estaban haciendo creer hasta que esta profesora se ha enfadado tanto (En esta columna de opinión casi estábamos más cómodos con la 'rabiosa actualidad' del siglo pasado que con los 'súperalimentos' de este siglo, por cierto).

La PNI tiene un método que suele provocar un cierto impacto, y que está absolutamente avalado por la ciencia médica; la primera respuesta del terapeuta suele ser otra pregunta. ¿Realmente es posible -y es adecuado- tratar cada elemento de forma aislada? ¿Acaso deben comer el mismo número de veces todas las personas, independientemente de sus entornos vitales, socioculturales? ¿Deben hacer el mismo tipo de ejercicio, durante el mismo tiempo, una mujer de 40 años y otra de 20?

En estos últimos años, los medios de comunicación se están haciendo eco de un interés cada vez más generalizado. Se ha multiplicado exponencialmente la demanda de conocimiento sobre los métodos más relevantes para 'estar en forma'. Siendo esto algo realmente positivo, y más cuando las estadísticas nos vienen avisando de los riesgos de un "estilo de vida en la sociedad occidental" (1) que no presupone nada bueno para nuestra salud a medio plazo, estamos detectando una 'demanda de orden superior', si se nos permite usar el término; no tenemos tiempo para que nos hagan reflexionar, y nos hemos acostumbrado a pedir una receta (2). (minuto 11;20 de este vídeo).

Hace algunas fechas, el IEP estuvo trabajando con 430 personas de la empresa Accenture, con nuestra metodología BIBERN como elemento central de la propuesta (3)...

... durante la tertulia final del evento, bien nutridos todos gracias a las propuestas de nuestro jefe de cocina terapéutica, Gustavo Sacristán, fuimos testigos de una conversación que nos permite colorear el párrafo anterior. Una de las personas manifestaba su incomodidad por el efecto de la 'receta' que le habían recomendado para mejorar su estado físico general. -"Si usted quiere estar mejor físicamente, pruebe a ir al gimnasio al menos dos o tres veces por semana"-. -"¿Y cuál es el problema?"- Fue la pregunta de uno de los profesionales del IEP. -"Pues que solamente puedo ir cuando salgo de trabajar, y llego a casa muy tarde, con la sensación de que casi no puedo ver a mis hijos despiertos, y me siento fatal"-. -"Bueno, pero al menos has hecho ejercicio"-. -"Sí, pero siento que no me compensa. Preferiría estar con mis hijos"-. "¿Y por qué no lo haces?"-. -"Pues porque entonces no hago ejercicio"-...

...en este punto, como se proponía en los libros que se pusieron de moda en los años 80 del siglo pasado, 'Elijan su propia aventura'. Aquí solo les daré algunas pistas; los hijos eran menores de 5 años, según parece demandaban un gasto físico importante cada tarde, y a la persona que protagonizaba la historia le encantaba "estar con ellos". -"¿Es probable que tengas el mejor 'gimnasio' posible en tu propia casa, al menos durante un tiempo determinado de tu vida, y no hayas sido consciente de ello?". En el caso que nos ocupa, el final elegido por los protagonistas determinó que era una posibilidad muy, muy motivadora, que le hacía sentir "mucha calma de repente", y que al menos lo iba a "probar durante unos meses" a ver si se sentía "mejor".

Y siguiendo esta línea de preguntas, cuyas respuestas nos lleven a vivir nuestro propio proceso, siento la necesidad de sumar unas cuantas en este artículo.

- ¿Acaso es un mal invento el 'gimnasio' como herramienta para la mejora de nuestra salud?

- ¿Y los hijos? (Aquí nadie puede escaparse; es lo único que todos los seres humanos hemos sido en algún momento de nuestra vida).

- ¿Y si le diéramos una vuelta al asunto de las dietas? (VEAN EL VIDEO AL FINAL DE ESTE ARTICULO; A PARTIR DEL MINUTO 2 : "todo el mundo inventando dietas, dándole un nombre... y creando una gran confusión, porque el paciente, que es sobre todo un Ser Humano, ya no sabe bien lo que hay que comer...")

Para terminar, me van a permitir que me deje una puerta de salida, en caso de que no les haya convencido en absoluto la reflexión sobre una cierta personalización de nuestra salud, evitando las recetas siempre que sea posible. En esta conferencia de 2014, que ya tiene 160.000 visualizaciones en YOUTUBE, nuestro Director Clínico, Daniel de la Serna, ofrecía algunas recomendaciones finales que realmente merece la pena escuchar. Las pueden ver a partir del minuto 39. ¿Y si la salud estuviera más en nuestras manos con la ayuda de profesionales que nos hicieran estas recomendaciones, sin cerrar tanto el discurso con recetas o etiquetas para todos?

...No pude evitarlo; había que terminar con otra pregunta...