Nuestro método BIBERN (I)

El IEP supone una institución de vanguardia en el ámbito de la Psiconeuroinmunología, que ha incorporado, en términos prácticos, las más novedosas propuestas de intervención basadas en el estilo de vida de las personas. Durante los últimos 10 años, el compromiso con el mundo del Alto Rendimiento y la atención clínica general, nos ha permitido acumular una experiencia importante. Este bagaje, nos permite llevar a cabo una transferencia lógica desde el ámbito científico-clínico al ámbito corporativo, y ponerla al servicio de nuestros clientes.

Fruto de todo ello, hemos desarrollado un modelo propio basado en las últimas investigaciones científicas en el campo de las neurociencias, el estilo de vida y el rendimiento. Lo dirigiremos de manera directa a mejorar la gestión energética corporal y la flexibilidad metabólica, facilitando el aporte de energía al cerebro en un contexto de mejora general de la salud. Se trata de una herramienta basada en cinco pilares básicos, todos ellos con una aproximación evolutiva al rendimiento humano, y que hemos bautizado como BIBERN^©

Os presentamos los dos primeros.

Biorythm/Biorritmo. 

Cualquier función corporal, desde la función cardiaca o respiratoria hasta la actividad del cerebro, está gobernado por un ritmo ajustado a un ciclo de algo más de 24h: el ritmo circadiano propio de nuestra especie. Este ritmo es fruto de la evolución, es el resultante de cientos de miles de años en contacto con la luz solar, pero también con su ausencia. incorporado a cada una de nuestras células, marca el reparto de energía en el organismo y está controlado por un núcleo cerebral llamado núcleo supraquiasmático, localizado en el hipotálamo y responsable de poner en fase nuestro reloj biológico central, con todos los relojes periféricos localizados en cada uno de nuestros órganos.

Cuando esto es así, estamos en disposición de poder alcanzar nuestro máximo potencial de rendimiento. Ahora bien, asociados a nuestro estilo de vida, existen factores externos condicionando la relación que establecemos con la luz solar, y factores sociales que impactan sobre este ritmo ancestral. Tan pronto comienza a ser nuestro ritmo social quien controla los tiempos, empezamos inevitablemente a perder capacidad de rendimiento, desarrollamos síntomas e incrementamos la susceptibilidad al desarrollo de enfermedades. Desde esta perspectiva planteamos estrategias de intervención que permitan resincronizar el reloj biológico con nuestro ritmo ancestral.

Behaviour/Conducta

Hoy en día sabemos que la mente humana no es una “tábula rasa”, como propuso en el Siglo XVII el eminente filósofo y médico inglés John Locke, que queda exclusivamente al designio de las experiencias vividas. Existiendo una influencia importante por el hecho cultural, y especialmente por las vivencias de los primeros años, condicionantes de nuestra programación epigenética, no podemos negar la existencia de un componente hereditario, fruto de la evolución, que nos predispone a desarrollar ciertos rasgos.

Desde esta perspectiva, nos interesa aproximarnos a la capacidad identitaria de los seres humanos, conquista imprescindible para adaptar nuestra identidad, que no nuestra personalidad, a los entornos cambiantes. Seguramente sea esta flexibilidad la que nos aporte una mayor plusvalía en cuanto a la capacidad de adaptación y tolerancia al estrés. Sabemos que difícilmente podemos desarrollar conductas flexibles cuando la capacidad de gestionar nuestra energía corporal está limitada o es disminuida. Difícilmente alcanzaremos nuestro Máximo Potencial de Rendimiento (MPR)º cuando nuestra conducta se vuelve rígida e inflexible. Por ello, en el IEP planteamos y desarrollamos estrategias de intervención basadas en la recuperación de la flexibilidad psicológica y metabólica con nuestros clientes.