La crianza desde el punto de vista de la PNI, por Elena López

Por comunicación IEP

Llevo más de 10 trabajando con PNI clínica como método principal de tratamiento en mi consulta.

Inicialmente cuando conocí esta disciplina, me cautivó muy rápido, me llamó la atención como daba mucha importancia a diferentes aspectos que influyen de manera decisiva en la salud y que muchas veces se pasan por alto, o por lo menos habitualmente no consideramos tan relevantes.

Mi intuición me decía que ese enfoque más global y completo de acercamiento a las variables y causas que condicionan nuestra salud era el correcto.

Puedo decir que después de una década tratando muchos y muy diversos pacientes con este enfoque, la experiencia no ha hecho más que confirmar y reafirmarme en esa primera intuición.

Creo que todos los que nos dedicamos a profesiones relacionadas con la salud tenemos como prioridad absoluta y motivación principal ayudar a otras personas, mejorar su calidad de vida en la medida de nuestras posibilidades.

En consulta, es relativamente habitual que nos encontremos con pacientes que arrastran algún problema que no depende 100% de decisiones suyas, sino que muchas veces son comportamientos “aprendidos “en la infancia, de los que se puede decir que no son totalmente responsables, ya que no fueron libres para no aprenderlos. Roles y papeles impuestos dentro del sistema y entorno al que pertenecen y en el que crecieron. Situaciones que ocurrieron en los primeros años de vida y que condicionan su salud cuando son adultos.

Otros factores que condicionan nuestra vida de adultos, es por ejemplo como se desarrolla nuestro sistema inmune desde bebés, que no solo será el encargado de defendernos ante los virus, bacterias y demás. Debemos proporcionar a los niños ciertos tipos de alimentos como se dice en este estudio, para evitar el desarrollo futuro de patologías cardiovasculares, pero al igual que estos condicionan a estas patologías, el déficit de diferentes micronutrientes que encontraremos en una alimentación libre de procesados puede condicionar otro tipo de enfermedades en edad adulta.

Como terapeuta me da mucha información ver que numerosos pacientes que llegan a consulta, el origen de sus patologías se puede encontrar en los primeros años de vida.

Da mucha satisfacción saber que incidiendo en una serie de aspectos que hay que cuidar muy especialmente en la primera infancia, tenemos la convicción de que tendrán consecuencias muy positivas en su salud futura.

Si puedo aportar mi granito de arena para conseguir que tengamos niños más sanos, no sólo físicamente (dando a conocer las sustancias necesarias que debemos tomar para el correcto desarrollo y formación de su sistema inmune, sistema neurológico,…) sino también emocionalmente, todo el esfuerzo empleado en el día a día se vería más que recompensado.

Por eso en mi charla del 11 de mayo hablaremos de la nutrición adecuada en cada una de las etapas del niño, por supuesto, pero también hablaremos de emociones. De cómo se forma el circuito de la recompensa, que será absolutamente clave en la formación de nuestras conexiones neurológicas para la correcta gestión de las emociones como adultos.

¡¡Os espero a todos en el IEP el 11 de mayo a las 10 de la mañana!!

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