¿Cómo debemos tratar el dolor lumbar? Alvaro Otero lo explicará el 3 de febrero

Durante los últimos doscientos años, el dolor lumbar se ha asociado con la degeneración del disco intervertebral y, por inferencia, relacionado con el envejecimiento, el trabajo manual excesivo y, más recientemente, con factores genéticos. 

 

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Se estima que el 84% de la población sufre de dolor lumbar en algún momento de su vida. Esta patología aparece con mayor frecuencia entre los 30 y 60 años. Muchos autores plantean que  la mayor parte de los humanos tendrán dolor lumbar o ciática en algún momento de su vida, pero son los trabajadores de fuerza especialmente los más susceptibles, pues se presenta en el 50% de ellos. Parece sensato pensar que las cargas excesivas o el exceso de trabajo físico son factores que influyen en las lesiones del disco, sin embargo si conseguimos que esa estructura se encuentre íntegra, disminuiremos las probabilidades de lesión. Afirmamos por tanto que el papel biomecánico del disco se rige por la organización y las propiedades de sus componentes macromoleculares, que son sintetizados y mantenidos por una pequeña población de células residentes; en consecuencia, la actividad celular es esencial para la salud continuada del disco.

El equilibrio entre esta actividad celular a la que nos referimos es esencial para que no se produzca un envejecimiento temprano de las estructuras que forman parte del disco. Hay que tener en cuenta que los discos intervertebrales se degeneran antes que cualquier otro tejido en el cuerpo,  y el término "degeneración discal" abarca un rango variable de cambios morfológicos y bioquímicos (1).

Las causas de la degeneración del disco son poco conocidas; sin embargo, los estudios con gemelos han demostrado que hay un componente genético importante en esta condición. Independientemente del desencadenante inicial (recordemos que la genérica influye en la patología un 27%), se piensa que la degeneración está impulsada por las células del disco. En un disco normal, las tasas de síntesis y degradación macromolecular son equilibradas, pero cuando predomina la degradación, el tejido pierde organización y función biomecánica.

Durante la ponencia, hablaremos de la necesidad de generar cambios en nuestro estilo de vida para conseguir un equilibrio bioquímico que impedirá la degeneración discal.

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REFERENCIAS

1-     Intervertebral disc regeneration: do nutrients lead the way?

       Yong-Can Huang, Jill P. G. Urban and Keith D. K. Luk