Sigue estas pautas, y tu verano será especial (y IV)

Llegados a este punto, debemos ahora centrarnos en la parte específica de la higiene dental, y de la suplementación, algo imprescindible para el cuidado de nuestra salud, y que probablemente podamos encarar de un modo diferente a como lo estábamos haciendo hasta ahora.

Hablaba en el anterior post mi compañero Andy Dunckel  sobre los beneficios de un tipo de ejercicio físico de cara a esta época del año. 

En esta entrada nos ocuparemos de algo fundamental, y que la mayoría de las veces no tenemos en cuenta; NUESTRO PROTOCOLO DE SANEAMIENTO ORAL.

La boca es fundamental para la salud: la mayor parte de bacterias que no convienen entran por la boca. Hay que tenerla lo más saludable posible, o lo demás no funciona.

Por eso, en la entrada que publicó mi compañera Elena López, nos advertía de la inconveniencia de basar nuestra dieta en nutrientes como cereales, legumbres, azúcares, etc, pues además de otras razones, son muy tóxicos a nivel oral. Y es por ello que os hablábamos de aumentar mucho perfiles de nutrientes como moluscos, crustáceos, y todos aquellos que provienen del mar, pues entre sus muchos beneficios también está el de ser muy prebióticos, es decir, muy capaces de proteger mucho nuestro organismo a través de bacterias que nos ayudan.

En lo que concierne a la higiene dental, hace tiempo que deberíamos ser conscientes de cual debe ser el objetivo de nuestros máximos cuidados. Las pieza dentales, como especie capaz de morder y de alimentarnos de otros animales que somos, tienen una composición que las hace muy resistentes, y que no requiere de ningún tipo de cepillado específico en cuanto a nuestra mejora de salud se refiere (aquí dejamos la parte estética a gusto de cada uno de nosotros). Sin embargo, esos dientes pueden llegar a sufrir muchísimo por dos motivos fundamentales; por el tipo de nutriente que ingerimos (ya hemos hablado antes de ello, y no hace falta añadir lo que nos dañan los azúcares, productos industriales...), y por la entrada de esas bacterias a través de nuestros espacios interdentales, con la acumulación del llamado sarro dental, y de la habitual y dañina gingivitis que sufre gran parte de la población en estos tiempos que corren.

La solución pasa necesariamente por aportar a nuestro cuidado de la boca además del cepillado el hilo dental, combinado con cepillos interdentales y el trabajo cada día limpiando especialmente por debajo de la encía (la clave es cepillar las encías más que los dientes), llevando a cabo un cepillado dental muy suave, friccionando lentamente para que las cerdas entren por debajo de la encía, con pasta de dientes que no lleve flúor, pues este elemento conlleva más perjuicios que beneficios para nuestra higiene.

Después de haber limpiado bien la boca, para lo cual sería aconsejable estar cada noche al menos 5 minutos, pudiendo así trabajar en cada una de las zonas interdentales, os puede venir especialmente bien dar algún mordisco a una manzana, masticándola tranquilamente los primeros días de este nuevo enfoque de higiene dental, para aliviar la cierta sensación de malestar que podría provocar al inicio, y fomentar la llegada de las bacterias prebióticas que nos conviene ir incorporando a nuestro organismo.

Aprovechando este espacio final de consejos veraniegos, no quiero despedirme sin hacer referencia a la SUPLEMENTACIÓN que nos ayudará a mantener nuestra salud en estos días estivales. Quiero ser en esta ocasión muy concreto, y dejaros con dos suplementos que no deberían faltar en vuestra maleta; el MAGNESIO, y algún producto con Omega 3.

En caso de que te cueste dormir con este calor del mes de julio, podrías añadir alguna suplementación que te ayude a producir la melatonina necesaria para poder descansar y reparar así nuestro organismo cada noche. Pero si has seguido hasta aquí nuestros consejos veraniegos, con esta manera de comer, de moverte, y de cuidar tu higiene, seguro que acabarás por descansar mucho mejor…

Te dejo con una de mis conversaciones en el IEP, hablando de la vida actual que llevamos, y del necesario cambio de hábitos que debemos llevar a cabo.